Cuando hablamos de reciclaje, muchas veces pensamos en que lo que recogemos pasará por una máquina que los convertirá en otra cosa. En muchos casos efectivamente sucede, y es tan mágico que hasta el plástico puede convertirse en textil.
Por otra parte, hacer arte con objetos reciclados es una manera increíble de canalizar creatividad y utilidad. Un ejemplo claro de esto es el proyecto de Bruno Tusingwire, un joven artista de 29 años quien creó un parque de diversiones hecho de botellas plásticas.
El proyecto se llevó a cabo en Uganda, en donde los niños están teniendo más problemas que nunca (Alrededor de 600 de ellos fueron secuestrados el año pasado por andar en la calle sin supervisión). Es por eso que Tusingwire quiso hacer algo al respecto y tomó muchísimas botellas y basura que pudiera reutilizarse para crear múltiples juegos. La idea central era mantener a los niños en un ambiente seguro, mientras aprenden y se recrean de manera sana.
¿Ustedes conocen otro tipo de obras así? ¿Tienen alguna idea parecida a esta que quisieran concretar? Cuéntennos sus experiencias.
